Por Tamara Alonso Agudo
Llama de invierno.
Surge en la penumbra
un fuego vespertino
que el alma alumbra.
Cae el velo,
ilumina una forma
sin cuerpo ni cara,
sin duelo, sin miedo.
Prende la antorcha.
Despistada toca el suelo
una sonrisa dorada,
un anhelo de hielo.
Luz mortecina en el frío,
reflejos de nada y azur,
negros hachazos de fuego
inflaman escarchas de tul.
¡La tercera! Es la tercera vez que intento comentar aquí. Vamos a ver me tiene manía o qué?
ResponderEliminarBueno el primer comentario me había quedado muy bonito pero ya no me acuerdo así que: me encanta como escribes, yo no sería capaz de hacer algo así
Besos, Soy Irenee
Siento que no te haya dejado comentar, debe de haber sido algún error del blog o algo, no tengo ni idea de cómo va esto.
ResponderEliminarMuchas gracias!! Me gustaría comentar algo que hubiera leído tuyo, PERO COMO NO ME DEJAS... Bueno, he leído esos minirelatos y estaban muy bien pero son de hace más..
Lo dicho, muchas gracias :)