Por Tamara Alonso Agudo
A morir vengo a este río oscuro,
y se me mojan
los pies
con las lágrimas de ayer.
Todo cuanto toco es humo
y en el ocaso vuelve a desaparecer.
Que son todas las figuras el viento,
y el sonido al amanecer.
Si ya no miro al cielo,
si vuelvo la vista al suelo,
si clavo mis pies
y al vuelo
cojo aire y tomo aliento,
y me convierto en un ser nuevo.
Ya dejo atrás el miedo.
Ya comienzo a respirar
y con nuevos colores veo
el mundo que dejé allá.
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Queremos saber qué os ha parecido lo que habéis leído, pero la telepatía todavía no se encuentra entre nuestros superpoderes, ¿nos lo contáis?