La idea
Tamara Alonso Agudo
Después de terminar el relato Ahíndra no pude abandonar aquel país de ensueño, y acabé por hacer
un mapa un poco soso. Un mapa que, por cierto, he retirado del blog (ya
explicaré por qué). Estaba convencida de que en aquel lugar se podrían contar
muchísimas historias, y que solo tenía que encontrar la adecuada. Pero tenía
que terminar Nocturno. Desde que lo
empecé dije que no me embarcaría en otro proyecto hasta que no lo hubiese
terminado, pero yo seguía dándole vueltas, pensando en qué podría narrar, y al
principio creí que la historia del primer Ocluvens de Ahíndra estaría bien,
pero no me acabó de convencer.
El germen de la idea que estoy desarrollando ahora
mismo surgió después de escuchar una canción de mi banda de rock favorita: Scorpions.
Una de sus baladas me inspiró para empezar a crear esta idea, una idea que ha
cambiado tanto que apenas si se parece a aquella semilla inicial que sonó a
ritmo de guitarra en mi cabeza.
Uno de los cambios más importantes y la clave de lo
que es ahora mi historia, surgió a raíz de un viaje en coche un domingo por la
tarde, cuando una de las amigas a las que está dedicado el proyecto de novela y
yo íbamos hablando de libros y de las cosas que escribíamos. Nunca se sabe
cuándo puedes tener una idea que cambie todo lo que tenías pensado hasta
entonces, que trastorne tus esquemas pero que después haga encajar todo a la
perfección.
Hasta la próxima entrada.
Un mes y 55 páginas después
Ha pasado un mes aproximadamente desde que empezase
a escribir esta novela sin título y, aunque probablemente penséis que 55
páginas es escribir muy poco para ese tiempo, para mi ritmo normal de escritura
eso es bastante. Y más teniendo en cuenta que ya ha empezado la universidad y
tengo menos tiempo para dedicarle a este proyecto. Los personajes se van
definiendo más y más en mi cabeza y tengo relativamente claras las próximas
escenas. Sin embargo, me he dado cuenta de que tengo que hacer una gran labor
de corrección sobre todo con los tres primeros capítulos. Cosas que sobran,
cosas que faltan y otras cosas que hay que cambiar al completo, pero todo
marcha y no me he rendido como en un principio temí que haría. Con paso lento
pero seguro voy avanzando hacia una historia cada vez más compleja en la que
debo tener especial cuidado con ciertos detalles.
Me apasiona poder crear un mundo a mi antojo pero a
la vez siguiendo una serie de reglas, me encanta cuando de repente puedo
imaginar con toda claridad mi última idea, y buscar las palabras que mejor la
describen, que captan su esencia para que alguien pueda imaginarse algo
parecido. Piedras preciosas, leyendas, lugares, religiones y costumbres son
sólo algunas de estas ocurrencias que tanto me han enganchado a Ahíndra y a su
historia. Espero que algún día a vosotros también os haga sentir así. Hasta la
próxima entrada.
Último capítulo
Sé que he pasado bastante de esta sección que empecé con gran entusiasmo. No tengo perdón, lo sé. Pero ahora mismo estoy escribiendo el último capítulo (el cual he empezado hace tiempo, pero con los exámenes de por medio me ha sido imposible acabar) y estoy MUY nerviosa. Tengo una vaga idea de lo que va a pasar, pero no lo sé exactamente y no sé si sabré resolver todos los conflictos. He pensado que debería hacer un epílogo, pero oh, vaya, sorpresa, ¡no sé sobre qué va a ir! En fin, dejando a un lado mi organización desastrosa, tengo que decir que he sacado en claro algunas cosas. La primera es que me metí en un jardín que me venía grande, para ser el primer libro debería haber apostado por algo más sencillo, aunque espero que con las múltiples correcciones que esto necesita pueda pulirlo. Además, he aprendido un poco la manera en la que funciono y necesito descubrir una metodología de trabajo en la que no me pierda, esté cómoda y, sobre todo, que sea la mejor para la calidad del resultado. Creo que esta manera de trabajar a modo desastre podría servirme para el próximo libro que tengo pensado (sí, ya estoy pensando en el próximo sin haber acabado este), pero no para este tipo, así que lo tendré en cuenta en mis futuros proyectos. Por último, tengo que decir que me siento muy orgullosa de haber llegado tan lejos. Me prometí que no dejaría este proyecto hasta haberlo acabado y, a muy pocas páginas de que sea así, echo la vista atrás y veo todo lo que he avanzado y todo lo que he aprendido mientras duraba esta aventura. Me esperan muuuuchas horas de corrección, pero ya ha valido la pena.
Hasta la próxima (y última) entrada.
Es que mi coche es un poco mágico al parecer ;)
ResponderEliminarUn mes después veo tu comentario. En fin, la vida. Pues oye, lo mismo tienes razón y es el coche. ¡A ver si lo aprovechas y escribes! Ejem, ejem...
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